jueves, 16 de octubre de 2008

Tras la luz de tus ojos


Pregúntate qué mundo quieres para tus hijos, familia, amigos pero sobre todo para ti. La percepción que tenemos de aquellos parámetros que forman el universo espiritual, emocional, sentimental, material, etc, probablemente solo sea uno de tantos espejismos grises de nuestra mente. Asómate al espejo del día y observa lo que el cristal devuelve en la simetría del marco. Ése o ésa no eres tu. Se parece a ti pero no pasa de ser un personaje en el duro tablado de los años. Y que decir de las fotos acumuladas, los videos que duermen en los cajones, créeme, tampoco eres tu. Fragmentos en soporte de papel o banda magnética que la cabeza ordena, etiqueta y coloca en el archivo del Ministerio de la Tranquilidad que has fabricado para evitar sentirte descolocado, desintegrado y al borde del colapso. Que lista es nuestra mente, es realmente brillante, genial, emprendedora a la hora de fabricar el asfalto sobre el que rueda la existencia flanqueada por gruesos barrotes colocados en el arcén de la ilusión para no marearte, espantarte y, sobre todo, distraerte de aquello que ella quiere caprichosamente. Por eso pregúntate qué mundo deseas para vivir. Innumerables ofertas te rodean, detente y olfatea. Escucha y otea el horizonte con gesto de vigía marinero. Hay olas en camino y solo eres delgado junco a merced del viento y la marea hasta el momento trascendente de sacar al aire las raíces y andar por las rutas dictadas en el mapa del alma de esta bendita tierra que grita en el idioma de la vida que te ama. Apartando la sordera inducida por el ego podrás percibir la grandeza del otro mundo que hay dentro de ti en una aventura sin fin llena de emociones fuera del alcance de los orfebres de la oscuridad. Otro mundo es posible. Porque existe. Está aquí, realmente siempre estuvo a tu vera calladito esperando que le dieras paso para manifestarse. Repararemos este planeta desde el centro de nuestra esencia porque los males que dejamos de herencia maldita a nuestros hijos son los frutos torcidos del proceso inverso. El Universo es grande y generoso y tiene su réplica a escala armónica en lo profundo de tu ser. Abre puertas y ventanas y déjale andar por casa. Permítete gozar de amaneceres íntimos y privados olvidados en la carrera del tiempo, en las prisas hacia la nada imaginada cuando había tanto que hacer en los rincones, tanto que barrer, zurcir y remendar con Luz. La misma que tapaste con la seda de las prisas por ser adulto, tener éxito inmediato, cundir su hambre con cosas materiales, mendicidades inconfesadas de amor y malas soledades o peores compañías. ¿Cuándo es tu tiempo? ¿Tu ahora? Muy simple. Tu ahora es ahora, y no te fundas los plomos buscando culpas y condenas. Tienes ante ti el duro pizarrón de la vida y una tiza juguetea entre los dedos. Escribe tu historia desde el amor, con amor y para el amor. Pues eso eres y siempre has sido, aunque no lo parezca o tal vez no lo veas así. Pregúntate de nuevo qué mundo quieres para tus hijos, familia, amigos pero sobre todo para ti. Inicia y continúa tu propia revolución interior y verás que tu entorno es más verde y armonioso. Reiki pudiera ser uno de los caminos. Tu libre albedrío es sagrado. Solamente quiero que sepas que Reiki está allí, tras la luz de tus ojos. En el espacio sideral de tu conciencia cósmica y humana.

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